Sucede que de pronto nada basta... nos levantamos sin ganas de hacer las cosas y no le hallamos sentido a la vida. Puede ser que por alguna tristeza pasada o probablemente porque no logramos repactar con la vida.
Qué difícil. Y sin embargo los únicos que podemos salir de este bache somos nosotros mismos. Hay dos alternativas, tratar de aferrarnos a la vida o dejarnos ir. Convertirnos en titeres del destino. Viajar como un barco a la deriva.
Creo que vale la pena intentar recuperar nuestra fuerza interior, levantarnos y hacer todo lo que jamás hacemos. Un buen ejercicio es dar gracias a la vida, a Dios, al Universo por todas las cosas que tenemos. Si nos servimos una taza de café por la mañana darle las gracias a Dios por ese café, por el agua que bebemos, por el desayuno, por el libro que vamos a leer. Sal a caminar y ve dándole las gracias a la vida por ese paseo, por el sol y las personas que se topan en tu camino. Sonríe, hazlo porque te ves más hermosa y tu alma lo siente.
A medida que vamos agradeciendo pequeños detalles de pronto nos damos cuenta que poseemos grandes regalos. Y al volvernos más agradecidos nos hacemos más conscientes de nuestra grandeza.
Es tu decisión. Tú puedes. Eres de hierro. Tienes voluntad porque has llegado a lo que tienes hoy, y no es nada fácil.
Te quiero un montón.
Gracias por seguirme, por visitarme en youtube y ser mi aliado.
besito
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